CARLO Ma. MARTINI SJ
GRACIAS, SEÑOR
Te damos gracias, Señor, porque tu Palabra,
pronunciada hace dos mil años,
sigue siendo viva y eficaz entre nosotros.
Reconocemos nuestra impotencia e incapacidad
para comprenderla y dejarla vivir entre nosotros,
Ella es más poderosa y más fuerte que nuestras debilidades,
más eficaz que nuestra fragilidad,
más penetrante que nuestras resistencias.
Por eso te pedimos que nos ilumines con tu Palabra,
para que la tomemos en serio
y nos abramos a aquello que nos manifiesta,
para que confiemos en ella y le permitamos actuar en nosotros
de acuerdo con la riqueza de su poder.
Madre de Jesús, que confiaste sin reservas,
pidiendo que se cumpliera en ti la Palabra que te fue dirigida,
danos el espíritu de disponibilidad
para que volvamos a encontrar la verdad sobre nosotros mismos.
Haz que ayudemos a hombres y mujeres
a encontrar la verdad de Dios sobre cada uno.
Haz que la encuentre plenamente el mundo y la sociedad en que vivimos,
las personas a las que queremos humildemente servir.
Te lo pedimos, Padre, por Jesucristo, tu Palabra encarnada,
por su muerte y resurrección,
y por el Espíritu Santo
que renueva constantemente en nosotros la fuerza de esta Palabra.
Amén”.