Para servir (P. Ignacio Larrañaga)
Oh Cristo, para poder servirte mejor dame un noble corazón.
Un corazón fuerte para aspirar por los altos ideales y no por opciones mediocres.
Un corazón generoso en el trabajo, viendo en él no una imposición sino una misión que me confías.
Un corazón grande para el sufrimiento, siendo valiente soldado ante mi propia cruz y sensible cireneo para la cruz de los demás.
Un corazón grande para con el mundo, siendo comprensivo con sus fragilidades pero inmune a sus máximas y seducciones.
Un corazón grande para los hombres, leal y atento para con todos pero especialmente servicial y dedicado a los pequeños y humildes.
Un corazón nunca centrado sobre mí, siempre apoyado en Ti, feliz de servirte y servir a mis hermanos, todos los días de mi vida.
Amén.