Cuando hablamos de que Dios se hizo hombre para habitar con nosotros, y no somos capaces de sorprendernos, deberíamos preguntarnos si hemos desactivado el evangelio. E incluso, al mismo Jesús. En ocasiones por la cotidianidad y otras por cultura nos hemos habituado al evangelio desactivándolo, cosificado nuestra fe y vida. Debemos recordar (volver a pasar por el corazón) que nuestra existencia es un vida recibida y habitada. Recibida y habitada por Él. Solo desde el Agradecimiento de sentirse Amado sin límites podemos volver activar el evangelio en nuestras vidas. Así podremos reconocerle habitando entre nosotros, en nosotros. Y defender así la dignidad de todo hombre como criatura habitada amorosamente por Dios. El mayor legado que nos dejó San Roque González, SJ es la de defender la dignidad y los derechos de las personas de los sectores más vulnerables. Pues pidamos, su intercesión y la de sus compañeros mártires, para que el Señor nos conceda la gracia de su conocimiento interno, para poder reconocerle y seguirle en nuestra vida cotidiana. #Justicia #SantosSJ